Malvinas 82: a saga do “primer teniente” Ernesto Ureta
Ureta, atualmente brigadeiro reformado da Força Aérea Argentina, era primeiro tenente aviador em 1982 e comandava um A-4C Skyhawk da FAA naquela época. No dia 30 de maio, um domingo, acompanhado de outros três Skyhawk e dois Super Etendard do CANA, conduziram um ataque ao NAe britânico HMS Invencible.
Na foto a seguir Ureta (esquera), ainda como tenente, aparece ao lado do seu companheiro sobrevivente do ataque, o “alférez” Geraldo Isaac (direita). Entre os dois está o “ás curitibano” Pierre Clostermann.
Este controvertido episódio está narrado no site da Força Aérea Argentina. Segue o texto abaixo:
LA OPERACIÓN INVINCIBLE
Fue protagonizada por:
Cuatro aviones A-4C de Fuerza Aérea, (C-301, C-310, C-318 y C-321).
Dos KC-130 de Fuerza Aérea.
Dos Super Etendard del Comando de Área Naval Austral, indicativo ALA, pilotados por el capitán de corbeta Alejandro Francisco (transportó el Exocet) y el teniente de navío Luis Collavino (soporte magnético).
Orden Fragmentaria 1268. Cuatro A-4C, indicativo ZONDA. Misión: ataque al portaaviones ubicado en la posición 51° 38′ S / 53° 38′ O con dos reabastecimientos, armado con tres bombas retardadas por paracaídas (BRP), cada uno. Tripulación: primer teniente José Vázquez, primer teniente Ernesto Ureta, primer teniente Omar Castillo y alférez Gerardo Isaac. El teniente Daniel Paredi actuaría como reserva. Despegaron de Río Grande, a las 12:30. Regresaron a Río Grande a las 16:00.
KC-130, matrícula TC-69, indicativo RANQUEL 1. Tripulación: vicecomodoro Luis Litrenta, capitán Guillermo Destéfanis, mayor Francisco Mensi, cabo principal Juan Perón, cabo principal Juan Tello, suboficial auxiliar Hugo González, suboficial auxiliar Vicente Reynoso, suboficial auxiliar Manuel Lombino. Despegó de Río Gallegos a las 11:25, arribó a Comodoro Rivadavia a las 17:25.
KC-130, matrícula TC-70, indicativo RANQUEL 2. Misión: reabastecimiento. Tripulación: mayor Roberto Briend, vicecomodoro Roberto Noé, mayor Miguel Sánchez, capitán Osvaldo Bilmezis, suboficial mayor Modesto Cufré Vianey, cabo principal Carlos Golier, suboficial auxiliar Héctor Sosa, suboficial ayudante Juan Marnoni, suboficial principal Roberto Caravaca. Despegó de Río Gallegos a las 11:25, arribó a las 17:15.
En la mañana del 29, los A-4C despegaron de San Julián, rumbo a Río Grande, adonde llegaron al mediodía. Problemas con los KC-130 hicieron que la salida se demorara hasta el día siguiente. La demora fue aprovechada para cambiar dos Skyhawk que tenían algunas fallas y estuvieron listos para la operación aérea más importante, hasta ahora, planificada por la aviación militar argentina.
De acuerdo a lo planificado, los Super Etendard y A-4C despegarían de Río Grande, mientras que los KC-130, lo harían desde Río Gallegos. Desde esas bases, se dirigirían a la posición 55° 50′ S / 58° 00′ O. En este punto comenzaría el reabastecimiento.
Cada sistema debería reabastecerse dos veces, para salir con la máxima carga de combustible posible. A partir de allí, y con rumbo 330° / 350° iniciarían el vuelo rasante (100 pies), los Super Etendard, al frente y dos A-4C, a cada lado, para aproximarse al objetivo naval a una velocidad de 420 nudos. El portaaviones se encontraba, en ese momento, a unas 100 millas de distancia. En este tramo los Super Etendard deberían localizar, en su radar de a bordo, el objetivo y, al encontrarse a 25 Kilómetros, lanzar el último Exocet y regresar, sin reabastecimiento, a Río Grande.
Los A-4C, acelerando al máximo, se montarían en la trayectoria del misil inteligente y llegarían al buque cincuenta segundos después de su impacto, para lanzar cada uno, sus tres bombas BRP de 250 kilos, y reforzar el efecto destructivo del Exocet, que no había sido concebido para hundir, sino sólo para averiar a un buque de más de 18.000 toneladas como era ése.
LA EJECUCIÓN
A las 11:25 despegaron, desde Río Gallegos, los KC-130 y se dirigieron a su punto de reabastecimiento. A las 12:30, despegaron, de Río Grande, dos Super Etendard, indicativo ALA, y cuatro A-4C Skyhawk, indicativo ZONDA.
La operación estaba penalizada por una serie de condiciones que deberían cumplirse, inexorablemente. Todas ellas se ejecutaron a la perfección. Una vez disparado el Exocet, los cuatro A-4C, (Ureta e Isaac a la derecha y Castillo y Vázquez a la izquierda), se lanzaron convergiendo casi en línea, sobre la estela del misil.
Lo primero que vieron fue una columna de humo, en el horizonte. El impacto del Exocet señalaba bien el blanco, pero había puesto en funcionamiento todo el sistema defensivo del portaaviones y sus escoltas cercanas, que ya comenzaban a adquirir, en sus miras electrónicas, a los aviones.
Cuando ya tenian nítidamente al HMS Invincible en sus miras, un misil (posiblemente un Sea Dart) impactó en el avión del jefe de escuadrilla, primer teniente Vázquez. La aeronave se partió en dos y se estrelló en el mar. Cinco segundos antes del lanzamiento, la artillería del buque impactó en el numeral 2, primer teniente Castillo, cuyo avión explotó. Parece que su motor cayó sobre la cubierta y resbaló hasta el hueco del ascensor de aviones, por donde entró e incendió su interior. Los dos aviones restantes estaban también alcanzando el objetivo, que ya se cubría de humo. Ambos lanzaron sus bombaas sobre la cubierta.
Ureta, que pasó primero, creyó haber impactado en la superestructura del buque. Ambos escaparon indemnes y se alejaron con distintos rumbos haciendo maniobras evasivas. Al serenarse, echaron un último vistazo al buque y lo vieron cubierto de humo espeso y negro.
Se perdieron de vista entre sí, pero siguieron rasante en rumbo 230° / 240°, hacia el lugar en que deberían reunirse con los reabastecedores. Se avistaron nuevamente y luego, en el punto exacto, se encontraron con los dos KC-130. Ureta e Isaac, reabastecieron y se dirigieron a la Base Aérea Militar Río Grande. La operación había durado casi cuatro horas.